Yopal

Un billete de dos mil fue el florero de Llorente que dejó herido al estudiante Jorge Daniel Ramírez Vargas

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Un testigo directo de los hechos que ocurrieron entre la noche del sábado 22 de marzo y la madrugada del domingo 23 en dos establecimientos nocturnos ubicados en el centro comercial El Hobo de Yopal, donde resultó herido el joven Jorge Daniel Ramírez Vargas, narró de manera detallada lo sucedido.

Por obvias razones de seguridad se reserva el nombre de esta persona, quien comenzó por contar que el escenario donde se desarrollaron los acontecimientos fue una fiesta organizada por algunos líderes estudiantiles, con el fin de conmemorar los 25 años de Unitrópico.

Aclaró que, por tratarse de un evento privado y externo al claustro educativo, la universidad no tiene responsabilidad alguna. Sin embargo, pese a que la noche presagiaba un ambiente de amistad y diversión, en su epílogo se transformó en un altercado violento.

En este punto, contó el relator, se presentó la primera anomalía. Dijo que la reunión era exclusivamente para alumnos de Unitrópico, no obstante, ingresaron personas ajenas, quienes a la postre fueron el foco del conflicto que terminó en gresca.

No hubo control de la organización del evento. El único salvo conducto era una manilla, con la cual se tenía garantizado el ingreso a la fiesta. Permiso que varias personas consiguieron sin mayor dificultad. Calculó que, de cada 10 invitados, 3 no eran estudiantes, ni guardaban ninguna relación con la universidad.

Dentro de ese grupo de inesperados asistentes, se encontraban las personas que iniciaron el problema. Mencionó dos establecimientos nocturnos donde se desarrollaron los inconvenientes.

El primero es Plaza Juárez. En este lugar, según el testigo, el sujeto que aparece en los videos difundidos en redes sociales, junto con otras personas fue sacado del sitio, porque varios de los presentes los acusaron de estar apropiándose de teléfonos celulares que no eran de su propiedad.

Precisó que personal de seguridad del establecimiento optaron por expulsarlos y cerrar las puertas para que evitar que entraran nuevamente.
Al verse obligados a abandonar el sitio, se trasladaron para Bisou. En este lugar se llevó a cabo una piñata, que hacía parte de la celebración por el cumpleaños de la universidad.

Los organizadores decidieron incluir algunos billetes de distintas denominaciones. Cuando se rompe la piñata todos los participantes del evento se volcaron a recoger el dinero. Ese fue el punto de partida para la gresca.

Comentó el relator que un joven universitario trato de tomar un billete de dos mil pesos, pero fue objeto de una reacción desmedida y violenta por la persona que inició el altercado. Es sujeto empujo y agredió al estudiante para quitarle un billete de dos mil.

El altercado pronto escaló a lo que llamó una batalla campal, por lo que los propietarios del negocio decidieron acabar la fiesta y evacuar el lugar. Una vez fuera del establecimiento, los insultos y golpes continuaron.

La fuente anónima consultada relató que el sujeto que inició la pelea, trato de agredir a los presentes con un pico de botella. El altercado continúo. Incluso comentó, que dos mujeres se estaba agrediendo. Iniciaron con madrazos y terminaron a botellazos.

En este punto, Jorge Daniel Ramírez Vargas, estudiante de Unitrópico trato de intervenir para apaciguar los ánimos, no con el ánimo de pelea, pero recibió un fuerte golpe en su rostro que lo dejo inconsciente y al caer al piso sufrió una herida en la cabeza.

De inmediato se caldearon aún más los ánimos. El relator aseguró que en medio del altercado un hombre, de quien manifestó no conocer, esgrimió un arma de fuego, hizo algunos tiros al aire y encañonó a varias personas, incluido al agresor de Ramírez Vargas.

En ese momento, continúa la narración, varios sujetos que acompañaban al agresor lo desarmaron. Agregó que dentro de los amigos del agresor había dos que también portaban armas de fuego.
En medio de la confusión, aseguró, llamaron a la Policía y a una ambulancia para trasladar al herido a un centro hospitalario. Sorprendentemente dijo que la Policía llegó primero que la ambulancia.

Los uniformados que atendieron el caso arrestaron al agresor y al individuo que hizo los disparos. Sin embargo, recalcó que el arma, luego de los tiros, nunca apareció.

Al herido tuvieron que llevarlo en un taxi porque la ambulancia nunca llegó. Algo que no es adecuado desde el punto de vista médico para estos casos.

Cuando parecía que retornaba la tranquilidad, la narración señala que hubo un dato adicional altamente preocupante. Según el testigo, una mujer, al parecer, familiar del agresor, se comunicó vía telefónica con alguien para pedir ayuda, mientras describía a los universitarios que se encontraban aún en el lugar de la riña.

Las palabras de la fémina fueron escuchadas por lo jóvenes quienes como pudieron se fueron del lugar. Cuenta el relator que minutos después llegaron cerca de 7 sujetos armados al sitio, pero por fortuna ya no había estudiantes.

Para el testigo la situación dejó varios puntos de reflexión. El primero, que este tipo de eventos requieren de una mejor organización. No se puede ser tan laxos en las medidas de seguridad. Es necesario ser selectivo a la hora de escoger los invitados. Es contraproducente ir invitando alegremente a todo el mundo.

Dos, no se explica el testigo cómo es posible que hubiese tres personas portando armas de fuego. Elementos que, seguramente, ingresaron a los establecimientos nocturnos y nadie les dijo nada.

Y finalmente, indicó que espera la pronta recuperación de su compañero herido en esta pelea sin sentido, la cual tuvo como punto de partida un devaluado billete de dos mil pesos.

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