El asesinato de Lida Katherine Rojas Torres, líder social, defensora de derechos humanos y reconocida empresaria de Aguazul, Casanare, evidencia una preocupante situación de inseguridad que afecta a las comunidades rurales del departamento. Su cuerpo fue hallado el pasado sábado 23 de noviembre en el caño La Carbonera, en la vereda El Triunfo, con heridas de arma de fuego, según informaron las autoridades.
Lida Rojas, madre de una niña de 9 años y propietaria de una IPS y una empresa de ambulancias que operaba en el sector de El Charte, era reconocida por su labor comunitaria y su lucha por los derechos de las comunidades campesinas. Según versiones preliminares, habría sido citada al lugar por presuntos integrantes del ELN, aunque ninguna organización se ha atribuido oficialmente el crimen. En esta región también operan las disidencias de las FARC y otros grupos armados ilegales, lo que agrava la situación de violencia.
La Asociación de Veredas de Cunamá (ASOVEC) condenó el asesinato de Rojas Torres en un comunicado, señalando que este crimen es parte de una sistemática vulneración de derechos humanos en el territorio, atribuida a la presencia de grupos armados ilegales. ASOVEC también denunció la reconfiguración de actores violentos en la región y advirtió sobre las crecientes amenazas, estigmatización y desplazamientos forzados que enfrentan líderes sociales, campesinos y empresarios.
En su pronunciamiento, la organización exigió al Gobierno Nacional, liderado por el presidente Gustavo Petro, implementar políticas urgentes para garantizar la seguridad y los derechos humanos en las comunidades rurales. También instó a las autoridades locales y departamentales a esclarecer los hechos, sancionar a los responsables y fortalecer las medidas de protección.
El alcalde de Aguazul, Nelson Camacho, y la gestora social Zulma Sandoval, expresaron sus condolencias a la familia de Lida Rojas y destacaron su legado como una mujer comprometida con el bienestar de su comunidad. Sin embargo, la comunidad local manifestó su indignación por la aparente negligencia de las autoridades competentes, quienes se habrían negado a realizar el levantamiento del cuerpo pese a los reiterados llamados.
Este crimen ocurre en una semana simbólica, marcada por la celebración del Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer y el XXX Congreso Nacional de Juntas de Acción Comunal, eventos que resaltan la necesidad de garantizar los derechos humanos y la seguridad en el país. La ausencia de Lida Rojas en estos espacios subraya los riesgos que enfrentan los líderes sociales y la urgencia de medidas concretas para protegerlos.
Ante esta situación, ASOVEC también instó a la Defensoría del Pueblo y la Personería de Aguazul a realizar un seguimiento detallado de los riesgos de seguridad en la zona, con énfasis en la protección de los defensores de derechos humanos.
El asesinato de Lida Katherine Rojas Torres no solo representa una pérdida irreparable para su familia y comunidad, sino también un llamado urgente a las autoridades para que prioricen la seguridad en las zonas rurales y garanticen la vida de quienes trabajan por el bienestar colectivo. La lucha contra la impunidad y la implementación de políticas de protección efectivas son tareas impostergables para evitar que hechos como este sigan repitiéndose en Casanare y en el resto del país.