Colombia

LA LLEGADA DE SALVATORE MANCUSO A COLOMBIA

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Se conoció una carta en la que se compromete a entregar la verdad: Vengo a cumplirles a las víctimas

El exjefe paramilitar extraditado a Estados Unidos en 2008, regresó a Colombia con la promesa de contribuir con la verdad sobre sus varios procesos judiciales; A su llegada se conoció una carta escrita por él mismo, en la que se compromete a cumplirle a las víctimas. “Tengo la tarea de aportar la verdad, ante el sistema de justicia transicional, no solo con responsabilidades por las implicaciones que tiene en las personas vinculadas en los testimonios, sus familias y las comunidades víctimas, lo hare bajo estrictos estándares que permitan contrastar y determinar que es una verdad cualificada. Estoy aquí para ser parte de un proceso restaurativo, para escuchar y ser escuchado y aportar desde mi experiencia y convicción en la construcción de un país libre de violencias, próspero, avanzado”. Dice la carta.

Fue designado como gestor de paz el 23 de julio de 2023 por orden del gobierno de Gustavo Petro :  “ El proceso de Paz entre el gobierno de Uribe y los paramilitares aún no se sabe toda la verdad. Las haciendas entregadas en parte se han perdido en manos del estado, recicladas a nuevos grupos que heredan el paramilitarismo; muchos cuerpos de victimas aun no han sido encontrados, he decidido nombrar a Salvatore Mancuso como gestor de paz.” Informó el jefe de estado a través de su cuenta de Twitter.

Al respecto el  portal Infobae señala : “El presidente ve con buenos ojos la presencia de Salvatore Mancuso en Colombia, al darle absoluta credibilidad a sus relatos sobre la participación de la clase política tradicional en la estela de muertes, que según cifras del Centro Nacional de memoria Histórica, dejó 94.754 víctimas y centenares de desplazados, no dudó en ponderar las declaraciones de Mancuso, que salpicó a expresidentes como Álvaro Uribe, Andrés Pastrana y a otros políticos importantes del país, ex miembros de la fuerza pública y a empresas del sector privado como colaboradores de las autodefensas”.

 El temido excomandante paramiliar después de 15 años en Estados Unidos, donde cumplió una condena por tráfico de drogas, regresa a su país de origen, para enfrentar la justicia ordinaria y transicional en las que ha sido señalado por delitos   como concierto para delinquir, terrorismo, homicidios, torturas, secuestros, masacres, amenazas, extorsión, desplazamientos forzados y otros crímenes.

Mancuso estuvo detrás de por lo menos 300 muertes y participó en masacres como la de Mapiripán, el Salado o la Gabarra, donde fueron asesinados más de 150 campesinos. (tomado del Espectador). Dentro de los crímenes por esclarecer: el asesinato del ex militante del m-19, Carlos Pizarro León Gómez, la hija del excandidato presidencial y actual senadora, Maria José Pizarro, afirmó que el regreso del exjefe paramilitar debería servir para responder las dudas sobre el crimen de su padre, ya que aún no se conoce quién dio la orden en realidad.

Tras esta designación del presidente Gustavo Petro, como gestor de Paz a Mancuso, se han generado varias reacciones: una de ellas es el cuestionamiento del expresidente Uribe, quien negó haberse reunido en el Ubérrimo con el exjefe paramilitar y lo acusó de cambiar versiones para desprestigiarlo. El expresidente y líder de Centro Democrático, acuso a Mancuso de cambiar las versiones, para afirmar que Pedro Juan Moreno, secretario de gobierno de Antioquia, sabía de las masacres del Aro y de la Granja.

Los tribunales, tendrían que ponerse de acuerdo sobre como resolver los miles de hechos delictivos aun no investigados que señalan a Mancuso, el excomandante paramilitar ha aterrizado sobre todo un laberinto judicial, ahora estará en la picota de la capital del país.

El juzgado de ejecución de sentencia y paz, fijó para los próximos viernes 1 de marzo y lunes 4 de marzo las audiencias en las que se debatirá y definirá la eventual libertad a prueba de Salvatore Mancuso.

Abre el camino de cuestionamientos sobre si quedaría libre o Podría ser condenado de nuevo.

Por: Gloria Teresa Ávila