La FIFA no solo censuró a los equipos de fútbol que quisieron emplear símbolos alusivos a la diversidad sexual y de géneros, sino que reafirmó su indiferencia por los derechos de las mujeres y de las personas LGBTIQ+, tanto en Qatar como en otros países.
Así lo indicó Flora Rodríguez, coordinadora del Centro Rosarista de Diversidad, Equidad e Inclusión (Plurales) de la Universidad del Rosario, a raíz de la advertencia de penalizaciones por parte de la FIFA a los equipos del Mundial de Qatar 2022 que utilizaran el brazalete ‘One Love’, en representación de la defensa de los derechos de la comunidad LGBTIQ+, al explicar que “la FIFA, con estas acciones, se posiciona como un actor transnacional que refuerza órdenes jerárquicos y violentos, que les cuestan la vida, la salud y la dignidad a muchas personas en el mundo”.
La FIFA es una organización que, sin ser un actor estatal o una organización internacional de base gubernamental, ejerce una influencia considerable no solo en cuestiones deportivas, sino también económicas, políticas y culturales, comentó la académica.
“El deporte, y concretamente el fútbol, opera como una fábrica transnacional de género, de sexualidad y étnico-racial, en la medida en que materializa el binarismo de género (existen ligas masculinas o femeninas), define pautas adecuadas de comportamiento para hombres y para mujeres, refuerza modos en los que deben relacionarse entre sí distintos grupos sociales e incluso naciones, reafirma formas de representar a las personas racializadas y no racializadas, y privilegia la heterosexualidad como la única forma de sexualidad”, mencionó Flora Rodríguez.
Para la coordinadora del Centro Plurales de la Universidad del Rosario, la FIFA es una organización que tiene importancia política y cultural, no solo deportiva, razón por la cual su accionar debe ser cuestionado. “No ha pasado una semana del ataque al Club Q en Colorado Springs, Estados Unidos, ataque que iba dirigido a personas LGBTIQ+ en el que murieron 5 personas y fueron heridas 25, y la FIFA no ha manifestado un compromiso con los derechos de estas personas o reconocido su responsabilidad en la transformación o profundización de esos órdenes violentos, lo cual resulta preocupante”, señaló.
“Además, hizo un llamado a que las personas que consumen estos espectáculos deportivos o los paquetes turísticos de los mundiales de fútbol adopten una perspectiva crítica frente a estas prácticas. La responsabilidad no solo descansa en la FIFA o en artistas de renombre que deciden o no cantar en este tipo de eventos, nos involucra a todxs”, dijo Flora Rodríguez.
Cabe recordar que los jugadores de Alemania se taparon la boca a modo de protesta en su foto oficial del partido ante la selección de Japón por la decisión de la FIFA de prohibir utilizar el brazalete con el lema ‘One Love’.